Yuri Herrera * El estilo implica una mirada



 La literatura de Yuri Herrera es mucho más que sus dos novelas publicadas. Este joven escritor mexicano dejar ver la luz a parte de su trabajo, pero en el mismo puede sospecharse, como en un iceberg, todo lo oculto que sostiene aquella zona visible.

            Herrera utiliza la palabra como herramienta, y la moldea artesanalmente a la medida de la necesidad de sus relatos. Las palabras son para él sentido, ritmo, armonía. Las mismas pueden, como el paradigmático caso de la palabra “jarcha”, adquirir el sentido que el relato requiere sin que al lector moleste estos desplazamientos del significado. Asimismo, es también un hábil dueño de los silencios de sus personajes. Hay un deber de silencio en sus personajes centrales, pues tanto Makina como el Artista saben lo que callar. Callar es también, además de un recurso a la supervivencia, un modo de ejercicio del poder.

            La realidad, que de eso tratan “Los trabajos del reino” y “Señales que precederán al fin del mundo”, es la materia de su narrativa, aun cuando el registro de su obra no es realista. El mundo emerge siempre desde una ruptura, desde una grieta en el mundo por la cual lo real se hace presente. Como si se tratara de relatos fantásticos, el mundo es un más una condición de posibilidad, una nebulosa, una historia extraña aunque con potentes vínculos con la realidad socio política del México presente. Por momentos documental y árido, por momentos shakespeariano, Herrera acomete críticamente aunque sin juzgar aquello que ocurre en ese espacio de realidad. El lector vacila en comprender si los personajes se mueven por voluntad o por mandato, lo que incorpora lo trágico al universo político.

            Así como la palabra es la creadora del mundo – el Artista es un ejemplo de ello – es también un espacio simbólico como el palacio narco, la frontera y la soledad del andante. 
Yuri Herrera lo sabe y la utiliza con maestría.

Daniel Cholakian
pasen, lean y escuchen...